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domingo, 31 de marzo de 2013

Perderme en un paraíso

Eso es lo que quisiera en estas "mini vacaciones" de semana santa...perderme en algun paraíso como estos para olvidar todas las preocupaciones por un momento y ser feliz por un instante...impregnada de tanta belleza...



domingo, 24 de marzo de 2013

Gente qué no sé de que va

Hoy estoy indignadísima. Mucho. Esto de conocer a gente, que de la noche a la mañana te promete el cielo y la luna y que al cabo de unos pocos días descubres que no es más que mentira, duele. Duele, pero en parte te lo esperas cuando ya llevas tantos palos como los que yo llevo y no te fias ni de tu sombra. Después como no tienen argumentos con qué atacarme, usan los insultos y las mentiras. Lo mejor de todo, que algunos por mandarme a la mierda sin ningún motivo cuando primero todo va bien, al enterarse que estoy con otra persona, ponen el grito en el cielo y me llaman zorra. Pero vamos a ver chaval, si yo no tengo nada contigo...¿a ti qué cojones te  importa con quién yo esté? y pa encima como si el fuera el más legal del mundo cuando sé de sobra que cuando estaba conmigo estaba follándose a otras. Que farda de que es maduro porque tiene tal edad cuando no se comporta más que un crío de 15 años. Pero la culpable soy yo por darte importancia cuando no debía, de fiarme cuando no debía, de seguir queriendo ser tu amiga cuando no debía. Y así todo. Estoy harta de payasos, harta de gente falsa que no viene más que a joderte y amargarte la vida, harta de todo. Y pa encima soy yo la mala. Eso, llámame de todo sin conocerme a penas de nada, que así no consigues más que dejar a la luz tus dos neuronas semi funcionales que tienes. Ya quisieras tú terminar con una mujer como yo, más quisieras, pero no la vas a ver ni en tus sueños, porque te vas a quedar más solo que la una, porque no hay quién te aguante y porque mientes más que hablas. Hale, ya me he quedado a gusto, pero tenía que decirlo gente porque sino estallo. 

De todo esto se aprende, como de todos los errores en la vida: no os fiéis de nadie hasta que no os den motivos para confiar, porque hay mucho mal nacido en esta vida que no quiere más que su propio beneficio haciendo daño a los demás, y pase lo que pase, decir siempre la verdad, aunque luego os insulten como a mí. Y sobretodo, hay que saber dar puerta a esa gente que no se sabe de qué va por la vida y que no hace más que perjudicarte.



Ojalá nunca te hubiera conocido. Hale, que te preste.




sábado, 16 de marzo de 2013

Lo único que pido es amar y ser amada


Cómo me gustaría que el mundo volviera a ser cursi, que la humanidad recuperara el sentido romántico de la vida y junto con él, la tradición de los noviazgos largos, las serenatas, las cartitas perfumadas, los apretones de manos entre las rejas de los balcones; cómo me gustaría vivir en un mundo más discreto y decente, donde el amor fuera una necesidad del alma y no un capricho del culo. Pero qué le vamos a hacer: me tocó vivir una época insensible, deshumanizada, obscena, en la que nadie respeta ya los sentimientos del prójimo.






domingo, 10 de marzo de 2013

Hoy he terminado de leer, la que es sin duda, la mejor novela que he leido jamás. Perfecta en su totalidad, sobretodo por párrafos como éstos:


"...porque fue aquel día cuando descubrí que las lágrimas se derraman, Max. No se caen, ni se tiran, ni se vierten. Se derraman. Como si se hubieran estado acumulando a lo largo de los años en las vasijas invisibles del querer. Como si cada día feliz que hubiera pasado con mi abuelo, cada momento especial de los que citaron su funeral, todos y cada uno de mis familiares hubiesen ido guardando una a una las lágrimas que derramarían de golpe un día como aquel. Todos y cada uno, menos yo".

"Con el paso de los años, mi corazón se fue llenando de vacíos, a mis recuerdos les aguijonearon las ausencias, pero mis lagrimales siguieron sin echar ni gota ni gota. Por mucho que me abandonaran, me dejaran, me humillaran y me hicieran daño, a mí me seguía siendo imposible sacar mis emociones a través de los ojos. Y lo que es peor, gracias a mis sucesivas rupturas sentimentales, descubrí que la tristeza era la madre de toda empatía y que si no eras capaz de comunicar la primera, resultaba casi imposible compartir la segunda. Si hay algo más triste que estar triste es estarlo y no parecerlo". 

"Entre tanta ida y venida, conocí casi todas las edades de la soledad, me salió un callo justo donde palpitan las emociones y me fue cada vez más difícil demostrar lo mucho que me dolía seguir sufriendo".

"Un buen día, cuando ya había abandonado toda especie de sentir y hacer sentir que sentía, apareció ella. Ella, que todo lo hizo sin saber que lo hacía. Ella, que todo lo cambió sin querer. En cuanto la vi, automáticamente empecé a descubrir el sabor amargo y salado del llanto.Porque la he llorado, Max. La he llorado mucho y, como siempre se llora, a demasiada distancia. Bajo la lluvia, mezclando mis lágrimas con las del cielo, desde el cierre derrotado de cualquier bar o bajo la media apertura de su ventana, da igual. La he llorado como nunca lloré a los que creía conocer. La he llorado por ese pasado que dejamos pasar. La he llorado hasta quedarme sin aliento. Y la sigo llorando por lo que no pudo ser, incluso por lo que nunca será. Sé lo que estás pensando. Que estoy enfermo. Que no la conozco de nada. Que no hemos cruzado más de dos palabras y un precio. Pero es que, en ocasiones, la nostalgia es tan caprichosa que no necesita argumentos para doler. Se pueden echar de menos amores que jamás ocurrieron. Se pueden extrañar situaciones que no llegaron a pasar. De hecho, si nunca te ha ocurrido, eso es que nunca has querido por encima de tus posibilidades. Y si no has querido por encima de tus posibilidades, tu corazón no ha pasado de ser un órgano muscular hueco que impulsa sangre.
Eso es lo que pasa, Max. Que la hecho de menos. En toda su ausencia. Hasta decir basta. Añoro esos paseos que nunca dimos por el parque. Añoro esos besos que jamás me dio. Esas risas tontas que no nos hechamos. Esa canción que nunca escuchamos juntos después de no hacer el amor.
Tengo que volver con ella antes de morirme del todo, Max.
Tengo que volver con ella hasta el punto en el que dejó de poder ser.
Y volver a empezar juntos...por primera vez".



Simplemente, una novela sublime.

Risto Mejide, "Que la muerte te acompañe".



jueves, 7 de marzo de 2013

Las prioridades en la vida

Cuando las cosas en la vida nos superan, cuando no son suficientes 24 horas al día, recuerda el bote de mayonesa y las dos cervezas. Ah, ¿qué no sabes lo que es? Ahora te lo explico.

"Un profesor delante de su clase de filosofía, sin soltar una palabra, cogió un bote grande vacío de mayonesa y procedió a llenarlo de pelotas de golf. Después preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. Así que el profesor cogió una caja llena de canicas y la vació dentro del bote de mayonesa. Las canicas rellenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntar si el bote estaba lleno y los estudiantes volvieron a decir que sí. Después el profesor cogió una caja de arena y la vació dentro del bote. La arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor preguntó de nuevo si el bote estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes respondieron con un sí unánime. El profesor rápidamente sacó dos cervezas de debajo de la mesa y vació su contenido en el bote y efectivamente, llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes rieron. Cuando pararon las risas el profesor dijo: quiero que piensen que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, la salud, los amigos, el amor...cosas que te apasionan y te hacen sentir; son cosas que aunque perdiéramos todo lo demás y nada más nos quedaran éstas, nuestras vidas aún estarían llenas. Las canicas son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche...la arena es todo lo demás, las pequeñas cosas. Si ponemos la arena en el bote en primer lugar no habrá espacio para las pelotas de golf. Lo mismo ocurre con nuestra vida: si utilizamos todo nuestro tiempo y nuestra energía en cosas pequeñas, nunca tendremos espacio para las cosas realmente importantes. Presten atención a las cosas cruciales para su felicidad, jueguen con sus hijos, dense tiempo para ir al médico, salgan con su pareja a cenar, practiquen su afición favorita, ocupen su tiempo en las cosas que relamente importan, establezcan sus prioridades, el resto sólo es arena. Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó qué representaba la cerveza. El profesor sonrió y dijo: me alegro de que lo hayas preguntado. La cerveza sólo muestra que no importa cuan ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay un lugar para un par de cervezas con un amigo".



sábado, 2 de marzo de 2013

Estrenándome por estos lares

Bueno, pues aquí estoy. Después de mucho pensarlo, he decidido hacerme un blog. Contaros como me siento en el día a día, descargar de algún modo, por decirlo así, con la gente que quiera leerme (muchas gracias por ello).

Últimamente no van bien las cosas, como a todo el mundo que en el algún momento tiene rachas malas. Pero, ¿cuándo empiezan de verdad esas rachas? ¿Y qué nos lleva a determinar que son rachas? ¿A pensar que es algo pasajero y que después volverán las aguas a su cauce, que volverás a ser feliz y volverás a ver el mundo de color de rosa? En realidad no lo sé, y puede que muchos de vosotros tampoco. Por no decir que tampoco sabemos qué es la felicidad. ¿Alguien la ha visto? ¿Alguien la ha disfrutado alguna vez? En contadas ocasiones, en muy contadas ocasiones. 
Lo único que sé es que no van bien las cosas cuando te sientes cada vez peor, cuando no tienes fuerzas para seguir adelante; cuando piensas en dejarlo todo, en mandarlo todo a la mierda. Estás encabronada, rabiada, te sientes mal contigo misma, con el mundo. Lo odias todo, quieres desaparecer. Desaparecer, eso es. La palabra clave. El mundo se te hace demasiado grande, piensas que todo te perjudica, que no serás capaz de salir adelante, que siempre tropiezas con alguna piedra, o con todas. Lo que más jode es que por mucho que intentas esquivarlas, siempre tropiezas. Siempre. Nada, que no hay manera de librarse. Y menos cuando ves que el tamaño de la piedra va en aumento. Lo llevas como puedes. Pero ya llega un momento en que dudas de todo, hasta de que tienes amigos, de que te quieren. De si merece la pena o no estar en la situación que estás. Llegas al momento en el que dices: ¿por qué me tiene que pasar esto a mí? ¿Nunca voy a tener suerte? ¿A quién maté yo en otra vida para merecer esto? Y pierdes los nervios. Estallas, explotas. Y brotan de tus ojos las lágrimas más saladas, de rabia contenida, de impotencia por no poder hacer nada, de angustia, de fatiga, de hundimiento, de derrota...[momento de descarga emocional]. Después te relajas, te sientes en parte liberado. Y piensas: vamos, que tú puedes. En la vida siempre hay dificultades, pues afróntalas, échale huevos. Nada es imposible si te lo propones. Terminará la angustia, serás feliz. Resurgirás como el ave Fénix...
...y así me siento yo, desde hace unos meses. Pero de momento estoy en la fase de estar de tekila en tekila para ahogar más que las penas, de querer resurgir...esperando a alzarme victoriosa cuando la tempestad haya terminado.